El 27 de marzo seis mujeres estaban reunidas en círculo, sentadas en la sede los cuáqueros de Londres y bebiendo té. Eran miembros de Youth Demand, un grupo surgido en octubre de 2023 tras la guerra de Israel contra Gaza. Como tantos otros, se creo para solidarizarse con los palestinos y exigir el fin de […]
JUAN MANUEL OLARIETA. La represión policial se ha convertido en una parte de la vida cotidiana de InglaterraEl 27 de marzo seis mujeres estaban reunidas en círculo, sentadas en la sede los cuáqueros de Londres y bebiendo té. Eran miembros de Youth Demand, un grupo surgido en octubre de 2023 tras la guerra de Israel contra Gaza. Como tantos otros, se creo para solidarizarse con los palestinos y exigir el fin de las ventas de armas del gobierno británico a Israel.
La reunión se había convocado abiertamente, pero no tuvo mucho eco… salvo para la policía, que comenzó a vigilar a las asistentes desde las ventanas, hasta que derribaron la puerta a patadas, irrumpieron en el interior y detuvieron a todas las asistentes, acusándolas de “conspiración para causar molestias públicas”.
La policía británica ha debido perder la noción de lo que es una “molestia” y de lo que es “público”, pero de alguna manera tienen que justificar su papel terrorista y represivo.
Los policías confiscaron el cofre del tesoro de la posmodernidad: los móviles y los ordenadores. En comisaría las incomunicaron e interrogadas en mitad de la noche.
La Ley de Policía y Pruebas Penales de 1984 estipula que a los detenidos se les permite una llamada telefónica inicial, un derecho que la policía se puede saltar cuando le da la gana porque tiene una excepción: en los casos de crimen organizado grave, terrorismo o espionaje, la policía puede retrasar la llamada.
Acusar a una organización cuáquera, típicamente piadosos y pacifistas, de tener el más mínimo vínculo con cualquier tipo de violencia, es delirante, pero eso a la policía, los fiscales y los jueces británicos les importa un bledo.
Ellos son capaces de hacer magia: convierten la excepción en norma porque las seis mujeres estaban organizadas y su crimen era grave. Es un truquillo que la policía británica utiliza cada vez más a menudo contra los solidarios con Palestina.
Simultáneamente al allanamiento, la policía realizó registros nocturnos en los domicilios con las llaves que quitaron a las detenidas. Grace Taylor, una de ellas, dice que cuando llegó a su casa encontró su habitación saqueada. “Mi cama estaba vacía. Todas mis cosas estaban tiradas en el suelo”. Les dejaron un papel oficial que reconocía su presencia. En el reverso, decía en letra pequeña: ”Si quieren saber lo que nos hemos llevado, pasen por la comisaría”.
*12 redadas durante la última semana
Según Youth Demand, la policía ha realizado 12 redadas contra sus miembros durante la última semana. Además de las seis mujeres detenidas en la sede cuáquera, al menos otros cinco miembros del grupo fueron detenidos.
Forma parte de la “Operación Vulcano”, dirigida específicamente contra los miembros de su organización porque, como dice uno de ellos, “parece como si se hubiera cruzado un umbral”, dijo a los medios Charles Laurie, miembro del centro cuáquero. “Había un cartel en la puerta que decía: ‘Reunión de Youth Demand, por favor toque el timbre’, y derribaron la puerta”.
¿Qué umbral ha podido cruzar una organización cuáquera para que la policía transforme el pacifismo en terrorismo? Evidentemente la solidaridad con Palestina, que choca con las políticas genocidas del gobierno laborista, que participa plenamente en los bombardeos de la población civil de Gaza.
“Querían enviar un mensaje más que detener a la gente”, añade el cuáquero, que se debió quedar perplejo cuando un portavoz de la policía dijo que las redadas estuvieron motivadas por los llamamientos del colectivo a “cerrar Londres” durante el mes de abril, con barricadas y bloqueos de carreteras. Agregó que las mujeres estaban planeando la mejor táctica.
En efecto, Youth Demand ha convocado a un mes de acción coordinada en Londres para un “cierre por Palestina”, exigiendo que el gobierno británico detenga sus ventas de armas a Israel, entre otras cosas. Para los que no se manejan bien con el inglés, la palabra “cierre” se puede entender también como paro, huelga, encadenamiento o incluso apagón.

Manifestación por Palestina en Londres.
*La legislación represiva lleva a Reino Unido hacia el fascismo
Desde el principio, las detenciones y redadas contra miembros de Youth Demand se han convertido en una rutina. “Este tipo de represión policial es parte de la vida hoy en día”, dice Chiara Sarti, portavoz de Youth Demand, señalando que desde que el grupo comenzó a movilizarse, sus miembros han padecido 150 detenciones.
El año pasado hubo una extensa represión contra las protestas pacíficas, dirigidas principalmente contra los solidarios con Palestina.
Una serie de leyes antiprotestas, incluidas la Ley de Orden Público de 2023 y la Ley de Policía, Delito, Sentencias y Tribunales de 2022, han ampliado enormemente los poderes de la policía, potenciado las detenciones de manifestantes y criminalizado las “molestias públicas”, que anteriormente eran un delito de derecho común.
Según datos de la policía, desde 2019 han sido detenidos más de 7.000 manifestantes en Reino Unido. El análisis de los datos de la policía realizado por el organismo de control policial Netpol demuestra que entre el 14 de octubre de 2023 y el 31 de marzo de 2024, hubo 305 arrestos en las protestas a favor de Palestina, 89 de ellos contramanifestantes.
Reino Unido está experimentando la mayor represión contra las protestas pacíficas desde la década de 1930. El país ocupa actualmente el último puesto en Europa occidental en el índice mundial de libertad de expresión.
Un nuevo informe de Netpol concluyó que las tácticas policiales agresivas bajo las nuevas leyes antiprotestas “se han vuelto tan rutinarias y severas” que son una parte de la política de Estado.
*Cuando la ‘conspiración’ no es una teoría
Una política represiva tan amplia crea sus propios clichés, no sólo para utilizarlos ante los tribunales, sino también ante los medios. De alguna manera se tienen que justificar. Es el caso de la “conspiración”, cada vez más utilizada para realizar detenciones masivos y preventivas.
Legalmente la conspiración se define como un acuerdo entre dos o más personas para violar la ley. No es un delito en sí mismo. A los acusados se les imputa conspirar para cometer un delito específico, y la pena generalmente está acorde con ese delito. El problema es cuando esa “conspiración” no va seguida de ningún “delito”, es decir, cuando todo no es más que un rompecabezas policial y judicial.
Cuando la policía te detiene por conspiración es que te detiene por la cara. “Es algo cada vez más común”, dijo el portavoz de Netpol, Kevin Blowe. “La policía cada vez más busca sofocar las protestas antes de que ocurran, en lugar de detener a las personas por lo que realmente han hecho”.
En junio del año pasado, decenas de miembros de Youth Demand fueron detenidos preventivamente antes de una protesta planeada en la apertura del Parlamento. En agosto, 25 miembros de Reclaim the Power (RTP) fueron detenidos antes de un campamento de protesta pacífico cerca de la central eléctrica de Drax, en North Yorkshire.
La policía detuvo sus vehículos y confiscó todo su equipo. Fueron detenidos bajo la Ley de Orden Público de 2023 por “delitos de orden público relacionados con la interferencia con infraestructura nacional clave” y “conspiración para encadenarse”, es decir, para atarse a otras personas, objetos o edificios.
Fue algo completamente inédito. Los campamentos llevaban funcionando casi 20 años, y nunca antes se había disuelto uno con semejante violencia. Semanas antes de las detenciones de Youth Demand, 15 de los detenidos fueron acusados de “ir equipados para encadenarse”, aunque no había ningún dispositivo allí para ello.
La policía gastó tres millones de libras en el operativo y desplegó más de mil agentes, procedentes de prácticamente todas las fuerzas de seguridad del país.
El mismo día de la operación, los fascistas organizaron una provocación para amenazar a los solicitantes de asilo en sus albergues. Sin embargo, para la policía era más importante acabar con el campamento que proteger a los solicitantes de asilo de los fascistas. Sacó a sus tropas de un lugar para llevarlas al otro.
*La represión preventiva
Esta intensificación de la represión está diseñada para tener un efecto paralizante y disuadir a las personas de participar en las movilizaciones. El miedo es el objetivo de la legislación antiprotestas que se ha aprobado.
Pero las últimas detenciones parecen haber tenido el efecto contrario. El número de personas inscritas para participar en el mes de acción “Cerremos las calles por Palestina” de Youth Demand se ha disparado.
La represión no disuade a las personas de actuar, porque los problemas clave, como el genocidio en curso en Gaza, siguen ahí, y no hay miedo que logre detener las luchas.