El tal Kolod, en realidad, Koldo García Izaguirre, ya en los años 90, trabajaba como portero de un club nocturno de Pamplona. Un popular puti club donde políticos del régimen acudían con frecuencia. En 1996, el recién llegado Gobierno de Aznar firmó un indulto a favor de Don Koldo García Izaguirre. Así consta en el […]
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Koldo, viaje a una biografía: Aznar, medallas, PSOE, Guardia Civil…El tal Kolod, en realidad, Koldo García Izaguirre, ya en los años 90, trabajaba como portero de un club nocturno de Pamplona. Un popular puti club donde políticos del régimen acudían con frecuencia.
En 1996, el recién llegado Gobierno de Aznar firmó un indulto a favor de Don Koldo García Izaguirre. Así consta en el BOE del 11 de diciembre de ese año. Un gesto de gracia con aroma a encargo interno. Era entonces un escolta con pasado opaco, no un alto cargo.
Aquel perdón gubernamental, firmado por la entonces ministra de Justicia Margarita Mariscal de Gante, le permitió evitar la prisión. La víctima de aquella agresión, entrevistada años después, llegó a declarar que Koldo “casi lo mata de un porrazo”. Años más tarde, en 2011, volvería a ser condenado, esta vez por agredir a un menor que vestía una camiseta independentista, junto a un policía nacional. En esa ocasión, la condena fue leve: una multa por una falta de lesiones.
Años después, en mayo de 2018, el Ministerio del Interior del PP, dirigido por Zoido, le concedió la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo blanco. La justificación oficial: “haber contribuido a la paz en Euskadi”. La entrega se hizo días antes de la moción de censura que tumbó a Rajoy.
Koldo ya era entonces el chófer y asistente personal de José Luis Ábalos, ministro del PSOE. ¿Por qué premiaba el PP a alguien tan próximo al Gobierno entrante? Porque el poder real no tiene siglas. Tiene servidumbre mutua.
Al trasladar el PSOE a Madrid a sus jefes, Cerdán consolidó su poder interno y Koldo se incorporó primero como chófer y escolta de Ábalos, y después como su asesor en el Ministerio de Transportes.
En 2024 fue detenido por su implicación en una trama de comisiones y contratos de mascarillas. Pero la maquinaria ya había funcionado antes: lo indultaron, lo condecoraron, lo colocaron. Cuando dejó de ser útil, lo expusieron.
Koldo no es un caso aislado: es el retrato perfecto del sistema bipartidista que se protege entre bambalinas mientras aparenta enfrentarse en el hemiciclo. Un engranaje que reparte premios y silencios, que premia la lealtad útil y ejecuta al eslabón débil.