El plato típico malagueño para combatir el calor que no es ajoblanco ni salmorejo
Hay un plato que no puede faltar en ninguna mesa 'boquerona' cuando aprieta el calor: la ensalada malagueña Ensalada griega, una opción saludable, refrescante y rápida de preparar para los días de calor
Ya es verano y, sobre todo, ya es verano en Málaga. La Costa del Sol ha encendido sus barcas, el aire huele a espeto recién asado y a pescaíto frito con alioli. Las playas se llenan de sombrillas de colores, el sol acaricia las fachadas blancas y los chiringuitos bullen de vida. Entre cañas de Victoria frías y risas al atardecer mediterráneo, hay un plato que no puede faltar en ninguna mesa 'boquerona' cuando aprieta el calor: la ensalada malagueña. Refrescante, sencilla y con el sabor inconfundible del sur, es la compañera perfecta para el verano. Hoy te contamos por qué este clásico andaluz es mucho más que una ensalada.
En el corazón del verano andaluz, cuando el paseo desde la sombrilla hasta la orilla te abrasa los pies, lo que te pide después el cuerpo a gritos son platos frescos, ligeros y sabrosos. Y cómo no, en esta ocasión también es la gastronomía tradicional quien ofrece una respuesta perfecta. Con raíces humildes, ingredientes sencillos y una preparación al alcance de cualquier cocina, este plato típico de la provincia de Málaga ha pasado de ser un plato casero y cotidiano a convertirse en una joya culinaria que representa lo mejor de la dieta mediterránea.
Una receta con historia
Málaga desde arriba
La ensalada malagueña es mucho más que una simple ensalada. Es un plato que habla del clima, la tierra y la gente que lo ha mantenido vivo año tras año. Perfecta para los días de calor, adaptable a múltiples versiones y accesible para cualquier bolsillo, es un recordatorio de que la cocina más sabrosa no siempre requiere ingredientes caros ni técnicas complicadas.
En una época en la que las modas culinarias van y vienen, la ensalada malagueña se mantiene firme como un emblema de la cocina andaluza, conquistando paladares con su sencillez y autenticidad. Si aún no la has probado, el verano es el momento ideal para descubrirla. Y si ya la conoces, seguro que estás de acuerdo: no hay mejor remedio contra el calor que una buena ración de ensalada malagueña, servida bien fresquita y con un chorro generoso de aceite de oliva.
Esta ensalada es uno de esos platos que nacen de la sabiduría popular, de la necesidad de aprovechar lo que había en casa. Surgida en el seno de una cultura marinera y agrícola, esta receta tradicional aprovecha productos típicos de la huerta malagueña, como la patata y la cebolleta, junto con uno de los ingredientes estrella de la provincia. Ese es el bacalao.
A su lado, las patatas cocidas, los huevos duros y las aceitunas aportaban energía, sabor y textura a un plato que alimentaba a las familias tras largas jornadas bajo el sol de Andalucía. Con el tiempo, la receta fue evolucionando y adaptándose a los gustos modernos, pero sin perder su esencia. Hoy en día, la ensalada malagueña sigue estando presente en los hogares, bares y restaurantes de Málaga, especialmente durante los meses de primavera y verano.
Más allá de Málaga: proyección y orgullo local
Varios visitantEl Pimpi, una reconocida bodega-bar de la capital malagueña, en una imagen de archivo. EFE/Daniel Luque
Aunque la ensalada malagueña tiene su epicentro en la provincia que le da nombre, su popularidad ha ido creciendo con el tiempo, y hoy se encuentra en cartas de restaurantes por toda Andalucía. En parte, esto se debe al auge del turismo gastronómico, que ha llevado a chefs y
foodies de todo el mundo a interesarse por los platos tradicionales españoles más allá del gazpacho o la paella.
Numerosos chefs malagueños han reivindicado en los últimos años el valor de esta receta, presentándola con un enfoque más contemporáneo sin perder su autenticidad. Algunos le añaden un toque de vinagreta, jugo de naranja reducido, incluso polvo de aceituna negra o brotes frescos para darle un giro moderno sin traicionar su esencia.
Cómo hacer paso a paso
Captura de pantalla 2025 07 03 135740
Este plato puede servirse como entrante, plato único ligero o incluso como tapa, dependiendo de la ocasión. Es ideal para llevar a la playa, al campo o para dejar preparado con antelación, ya que gana en sabor con el reposo. Su receta básica incluye los siguientes ingredientes:
- 200 gramos de lomo de bacalao desalado
- Dos naranjas
- Un ramillete de cebollino
- Una cebolleta
- Dos patatas
- Aceitunas negras
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta
Uno de los grandes atractivos de la ensalada malagueña es que es demasiado sencilla. El proceso habitual para elaborarla es el siguiente:
- Primero hay que desalar el bacalao si se usa en salazón. Para ello, déjalo en agua entre 24 y 48 horas, cambiando el agua cada ocho horas. Pasado este tiempo, cuando te pongas manos a la obra para comenzar la receta, desmenúzalo en lascas.
- Luego cuece las patatas con piel hasta que estén tiernas. Pélalas cuando estén templadas y córtalas en rodajas o trozos medianos.
- También tendrás que cocer los huevos durante 10 o 12 minutos. Enfriarlos, pelarlos y picarlos.
- Ahora pela y corta las naranjas en trozos medianos, pero con cuidado de no incluir pepitas ni demasiado jugo.
- Corta también muy finamente la cebolleta.
- A continuación, en un bol grande, mezcla todos los ingredientes y añade las aceitunas.
- Aliña generosamente con aceite de oliva virgen extra, y, si quieres, rectifica de sal.
- Cuando tengas la ensalada ya preparada, déjala enfriar al menos una hora antes de servir para que los sabores se integren.
Ideal para el verano: frescor, hidratación y salud
Termómetro en la calle.
En una tierra donde las temperaturas estivales superan fácilmente los 35 grados, la elección de alimentos frescos y nutritivos no es solo una cuestión de gusto, sino de salud. La ensalada malagueña cumple a la perfección con esta función, ya que es un plato:
- Hidratante, gracias al agua presente en la patata, la naranja y el bacalao.
- Rico en vitaminas y minerales, especialmente la vitamina C de la naranja, potasio y fósforo.
- Energético pero ligero, ideal para mantener el ritmo sin sentirse pesado.
- Cardiosaludable, por su contenido en omega-3 del bacalao y grasas saludables del aceite de oliva virgen extra.
Además, su perfil nutricional se alinea con los principios de la dieta mediterránea, reconocida mundialmente como una de las más saludables del mundo.