La presión constante por publicar (el famoso “publica o muere”) fomentada por el exigente sistema de evaluación académico y la mayor competición entre el creciente número de grupos de investigación son algunas de las causas de esta sobreproducción de artículos y revistas. Por otra parte, hay que destacar también la aparición de revistas y congresos “depredadores” con las que algunos investigadores, ávidos por aumentar su número de publicaciones, intentan hinchar sus currículums con contribuciones científicas carentes de rigor y con una escasa revisión por pares.Oras consecuencias de esta aceleración en la producción científica son el despiece de un mismo estudio científico en el mayor número de artículos posible (salami slicing”), el plagio y la publicación de resultados difíciles de reproducir o incluso erróneos, muchas veces debidos a la precipitación a la hora de publicar.